Hay un cuadro de Klee que se llama Angelus Novus. En él se muestra a un ángel que parece a punto de alejarse de algo que le tiene paralizado. Sus ojos miran fijamente, tiene la boca abierta y las alas extendidas; así es como uno se imagina al Ángel de la Historia. Su rostro está vuelto hacia el pasado. Donde nosotros percibimos una cadena de acontecimientos, él ve una catástrofe única que amontona ruina sobre ruina y la arroja a sus pies. Bien quisiera él detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo despedazado, pero desde el Paraíso sopla un huracán que se enreda en sus alas, y que es tan fuerte que el ángel ya no puede cerrarlas. Este huracán le empuja irreteniblemente hacia el futuro, al cual da la espalda, mientras los escombros se elevan ante él hasta el cielo. Ese huracán es lo que nosotros llamamos progreso.
Walter Benjamin (1940). «Tesis sobre la filosofía de la historia. Tesis IX». p. 24.
Mes: diciembre 2013
Cada decenio del hombre tiene su propia dicha
Hemos conocido una locura que comprendo demasiado bien. El que a cierta edad quiere realizar sus antiguas esperanzas y los deseos que abriga en su juventud, siempre se engaña, porque cada decenio del hombre tiene su propia dicha, sus propias esperanzas y perspectivas. ¡Ay del hombre que por las circunstancias y por su ceguera es inducido a asir lo futuro y lo pasado! Hemos cometido una locura, ¿es preciso que sea para toda la vida?
Goethe en Afinidades electivas (1809)