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Reflexiones sobre ‘La política vigilada’. Nuevo libro de Antoni Gutiérrez-Rubí

El pasado jueves, 27 de octubre, Antoni Gutiérrez-Rubí, asesor de comunicación y consultor político, presentó en Madrid su último libro titulado La política vigilada. La comunicación política en la era de Wikileaks. El acto tuvo lugar en el Círculo de Bellas Artes (sala María Zambrano), y contó con la intervención de Gumersindo Lafuente, adjunto al director de El País y José de la Peña Aznar, director de Educación y Conocimiento en Red de la Fundación Telefónica. Además, el acto pudo seguirse a través de Twitter en @fundacionTef #politicavigilada, y por streaming en la web de la Fundación Telefónica.

Hace aproximadamente cuatro meses, el 30 de julio, Antoni tuvo la cortesía de recibirnos junto al Círculo de Bellas Artes de Madrid a algunos compañeros del CECPS (Círculo de Estudiantes de Ciencia Política y Sociología). Gracias a los contactos previos que había mantenido mi querido amigo y compañeros de la UNED, Israel González, pudimos pasar más de una hora con él charlando sobre algunos de sus últimos libros como Filopolítica: filosofía para la política32 Tendencias de cambio (2010-2020), y POLÍTICAS. Mujeres protagonistas de un poder diferenciado. Más concretamente sobre el primero de los mencionados, le pasamos un cuestionario que, en pocos días más tarde, Antoni nos devolvió contestado y que publicamos en la web del CECPS. La entrevista se puede ver también en una de mis entradas en este blog: Entrevista del CECPS a Antoni Gutiérrez-Rubí.

De derecha a izquierda: Antoni Gutiérrez-Rubí, Rubén Crespo, Rafael Domingo, Israel González y Ricardo, en la Calle Alcalá, cerca del Círculo de Bellas Artes de Madrid. Foto: Rubén Crespo.

Además, al exponerle nuestras iniciativas y nuestra propuesta del proyecto de Asociación del CECPS, Antoni nos aconsejó perseverar en la ética horizontal para no ahogar la energia creativa de la comunidad con los formalismos jerárquicos de estructuras asociativas más típicas del siglo pasado. Para nuestro proyecto, Antoni nos transmitió conceptos como porosidad, talento, creatividad, informalidad, vizcosidad, horizontalidad en la comunicación, la transmisión y creación del conocimiento… En definitiva, ideas que, sin generar compromisos y ataduras, permitan espontáneamente la creatividad de una manera más dinámica y horizontal.

Cuando supimos de la salida a la venta de su nuevo libro, a través del CECPS y con bastante antelación, creamos un anuncio del evento de la presentación del libro para informar a todos los miembros del Círculo. Algunos compañeros asistieron al acto (yo tenía previsto asistir, pero al final me fue imposible). Al día siguiente, Rafael Domingo tuvo la amabilidad de compartir en el CECPS las sensaciones que le había transmitido la presentación del libro:

Mereció la pena subir los cinco pisos de escalera (¡¡y qué escaleras!!) , del CBA.  […]  Fue estimulante escuchar a Antoni, que con su vehemencia característica, nos puso en posición de «prevengan» ante la que se le viene encima a la sociedad en su conjunto, respecto a los nuevos paradigmas, aún por descubrir, de la relación de los individuos con sus representantes. Lúcido y directo, nos dijo que, o se hace bien y rápido esta «revolución del método», que él ha denominado «política vigilada/democracia vigilante», o el riesgo es alto de fractura profunda y posiblemente irreversible, entre voluntad cívica y poder real, con el «populismo fascistoide» al acecho, para ocupar un lugar de primacía. Yo no estoy tan convencido de que la inmediatez vaya a ser una clave absolutamente determinante para que eso ocurra así, pero sí comparto con Antoni la premisa de que hay que hacerlo «bien»… aun a sabiendas de que no sabemos, de verdad, en qué consistirá esa cualidad (transparencia, capacidad en vez de jerarquización, ejemplaridad, humildad, horizontalidad, etc., por ahí pueden ir las cosas). Mi sensación es que los acontecimientos van a llevar un ritmo rápido, pero no tan acelerado como parecía deducirse de las palabras del amigo Antoni; serán nuestros hijos (para los de mi generación), o nuestros nietos, los que vivan inmersos en este nuevo entorno que se está empezando a gestar ahora… Lo que sí me sugirió lo hablado ayer, es que la gente debe tomar YA postura militante en estas cosas… y el ejemplo del CECPS sobrevoló mi pensamiento, escuchando las reflexiones de todos… La gente es consciente de que estamos ante el momento histórico más determinante de los últimos años, equiparable (y eso se verá en los e-books de los que estudien este período, en el futuro….seguro), con los hitos de la civilización más relevantes de la humanidad. Se palpa, se percibe, se respira… Pero la inercia de siglos del paradigma social de una relación distante (por intereses mutuos, no solo de los poderosos), entre ciudadanos y apoderados políticos y económicos, pesa todavía mucho…, aunque la balanza ya se ha empezado a mover hacia el otro lado…

Por su parte, mi compañera de la UNED, Silvia Brasa, también se tomó la molestia de transmitir sus reflexiones a mí y a algunos compañeros dela UNED.

Sobre las reflexiones que me ha provocado la presentación del libro de Antoni Gutierrez Rubí:

Algo que ya hace tiempo me ronda, y es más que evidente, es que la política va por detrás de las inquietudes sociales. Aunque esto ha sido así a través de la historia, se hace más notable y notorio con el acceso que Internet nos proporciona. Rafael Domingo hizo una reflexión sobre la desaparición de las élites muy interesante y que Antoni compartía en cuanto a un surgimiento de «mediadores» como lo llamaba él. Pienso más en interlocutores que no se caracterizan por quienes son, por ostentar un cargo o un estatus económico como nos decía el autor y es que Internet, es el medio en el que la publicidad es mas efectiva: rápido, impactante en toda la medida que tu creatividad se extienda, gratuito y que puede llegar a mas personas.

Internet nos ofrece información en tiempo real, pero ¿hasta que punto estamos capacitados para filtrar, analizar, sesgar investigar? Sindo (director adjunto del País) contestaba que en eso la prensa está mas al día, cierto. La prensa se ha digitalizado pero es el mayor escaparate de cuáles son las limitaciones de los lectores. ¿Os habéis parado a leer los foros de opinión?  […]  Es increíble que teniendo el privilegio hasta de poder escoger qué información nos interesa más, contrastarla de inmediato haya tanta gente que se moleste en registrarse para dejar insultos u observaciones radicales hasta límites insospechados en una sociedad tan aparentemente global y abierta. Tengo la extraña sensación de que la era de la globalización y la comunicación nos ha posicionado culturalmente de un modo más estático, defensivo, temerosos de perder una identidad…

La política no ha sabido gestionar el hecho de que ahora estén desnudos ante la sociedad. Por mi manera de ser y pensar me resulta harto imposible no «pensar-decir-hacer» lo mismo en todos los ámbitos de mi vida. Puedo cambiar de opinión ante algo que tal vez no he interiorizado pero eso es evolución, lo que no me parece viable es vender unos valores o principios de los que se carece en la intimidad, pero sé que esto es la norma. No acabo de comprender como el hecho de que tengamos unos medios que nos conecten y nos hagan interactuar han servido para vender humo personal, social, ideológico más que en ninguna otra época, más, si cabe, en el cara a cara donde se puede disimular. Cierto es que Internet nos permite «googlear» a cualquiera y pillarle en un renuncio en segundos, pero, por muy buen actor que seas, estás expuesto a una imagen con movimiento y voz… Todo cambió con los primeros debates televisados…. La cercanía a los líderes se incrementó y se les dio una nueva dimensión de idealización porque eran más cercanos, pero sólo en lo público había un control de lo privado. Me encantó la reflexión de Eva (compañera también de la UNED) en ese sentido: controlar tu nombre en la red es controlar tu espacio vital. Es más difícil que boicoteen tu personalidad si tú eres dueño de tu identidad en Internet. Y es que ahora perder la dignidad o que alguien la pisotee es más fácil que nunca y más difícil de evitar.

[…] el espionaje tal y como se entendía hace diez años ha sido abofeteado por wikileaks. Esto es falso. El hecho de que tengamos mas acceso no quiere decir que lo sepamos todo o que podamos saberlo todo y mucho menos que estemos capacitados para juzgarlo o creernos participes capaces de tomar medidas por el mero hecho de que Internet, de algún modo, ha dado legitimidad al saber.

¿Hasta que punto el hecho de que la creencia a la que induce esta apertura de información, sea la necesidad de una horizontalidad, no nos somete también? ¿Realmente esa horizontalidad es posible o es utópica? Todos necesitamos referentes, que nos enseñen, que nos induzcan a superarnos, a sobrevivir en las mejores condiciones en definitiva y a esos referentes siempre les situamos en un plano superior…

Las redes nos proporcionan mas visibilidad que da una nueva dimensión al hecho de que no somos un granito de arena solitario, sino que formamos parte de un desierto en el que puede un solo grano provocar un ligera brisa que mueva a todos los de alrededor y a su vez a más y más y se convierta en una tormenta de arena que mueva dunas (véase la primavera árabe); pero dudo que nos paremos a analizar por la velocidad que tienen los acontecimientos incrementada por la facilidad de acceder a los datos si está bien que corra una brisa o que como muchos granitos se mueven vamos a dejarnos llevar por el huracán. ¿Cuantos de los que acamparon en Sol siguen creyendo en la original idea? ¿Cuantos han pasado de «indignados» a «desilusionados» o «frustrados», ahora por doble motivo? ¿Hasta qué punto el hecho de ver que es tan fácil provocar un movimiento social en la red no nos induce aún más al egoísmo? Si todos estos ya se mueven para cambiar el mundo ¿para que voy a hacerlo yo? ¿qué puedo hacer yo, un simple granito de arena?

Me gustó especialmente una frase: «Internet no te pregunta de donde vienes si no hacia donde quieres ir». Discrepo, con Internet o con la posibilidad de viajar a Plutón, el ser humano tiende a clasificar, enumerar y dar magnitud a todo y todos. Tan importante sigue siendo el de dónde vienes porque valoraré de otro modo que me puedas llevar de la mano al lugar al que quiero ir o acompañarte en tu camino ya que ahora son infinitos y mas visibles.

Finalizó Antoni su presentación con la reflexión de que siempre se ha defendido la libertad levantando empalizadas y que lo que toca es abrirlas… en Internet, de algún modo, se abren con la patada en la puerta. Y la transparencia, por mucho que deje ver todo, no modifica el color del cristal con que se mira.

El acto de presentación del libro se puede ver en diferido a través de la web de Fundación Telefónica en el siguiente link: Presentación del libro: La Política Vigilada de Antoni Gutiérrez-Rubí, o haciendo click sobre la siguiente imagen:


Entrevista del CECPS a Antoni Gutiérrez-Rubí

Reproduzco aquí la entrevista que realizamos desde el CECPS a Antoni Gutiérrez-Rubí para resaltar su compromiso con nuestra sociedad (gran parte de su obra se puede leer y descargar gratuitamente en su website: Antoni Gutiérrez-Rubí. Artículos y Reflexiones. Animo a todos los estudiantes y ciudadanos en general a que se acerquen a su obra y a que mediten sobre sus reflexiones, pues muchos de nosotros lo consideramos un semillero de ideas; un pensar a partir de los que ya han pensado. Como dice Victoria Camps en el prólogo de Filopolítica: filosofía para la política: “Siguem moderns, llegim els clàssics. El verso de Foix guía a Gutiérrez-Rubí a lo largo de sus argumentos”.

Antoni Gutiérrez-Rubí. Foto extraída de blogs.elpais.com

Antoni Gutiérrez-Rubí es asesor de comunicación y consultor político. Es miembro de las principales asociaciones profesionales como ADECEC (Asociación de Empresas Consultoras en Relaciones Públicas y Comunicación), EAPC (European Association of Political Consultants), ACOP (Asociación de Comunicación Política), DIRCOM (Asociación de Directivos de Comunicación) y afiliado al Col·legi de Publicitaris i Relacions Públiques de Catalunya (Societat Catalana de Comunicació i Estratègia Polítiques.

Es profesor de los másters de comunicación de distintas universidades como la Universidad de Navarra, la Carlos III, la URJC, la Pontificia de Salamanca, la UAB, la UCM, la UIMP, la UPEC, el ICPS o el Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset. Escribe habitualmente en El Periódico de Catalunya, El País, Público, Expansión o Cinco Días, entre otros.

Autor de los libros: Filopolítica: filosofía para la política; 32 Tendencias de cambio (2010-2020) junto a Juan Freire; Micropolítica. Ideas para cambiar la comunicación política; Lecciones de Brawn GP. Las 10 claves empresariales para competir con éxito; y Políticas. Mujeres protagonistas de un poder diferenciado.

En sus libros y artículos se aprecia un gran esfuerzo intelectual a favor de la convergencia entre las formas de conocimiento y avances interdisciplinares. En sus reflexiones, subyace un especial y riguroso comercio fronterizo entre las ciencias cognitivas, la tradición filosófica y la tradición espiritual… como el mismo argumenta: “Se impone una triple reacción: más meditación, más espiritualidad y más filosofía”.

 

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ENTREVISTA

CECPS: En su artículo « LA POLITICA MEDITADA » argumenta que las emociones debieran ser valoradas y reconocidas al mismo nivel que las aptitudes y actitudes. ¿Piensa que los avances de la psicobiología que avalan empíricamente el papel que usted reclama para las emociones ponen en evidencia los prejuicios de la izquierda ante prácticas espirituales como la meditación?

AG-R: Hay un recelo prejuicioso en parte de la izquierda convencional hacia la espiritualidad y hacia las prácticas alrededor del autoconocimiento y la meditación. Una mezcla de desprecio y desconfianza. No en vano, el epicentro de buena parte del pensamiento progresista sigue anclado en las viejas ecuaciones del “materialismo histórico”. A ello, hay que añadir el sustrato de determinados compartimentos laicistas que reducen o simplifican el laicismo a anticlericalismo, por ejemplo, y en algunas actitudes desconfiadas hacia lo religioso. El conjunto es una mirada displicente a los aportes de compromiso social que se nutren de otras fuentes menos ideológicas (en el sentido más tradicional del término) y que se sustentan en la conciencia personal, la espiritualidad o el compromiso social de inspiración religiosa.

CECPS: Como usted afirma en su obra: “En el escenario actual de crisis e incertidumbre social se han castigado duramente los delicados equilibrios emocionales que la vida moderna exige a las personas” ¿En qué medida son conscientes los políticos y la ciudadanía en general de los beneficios de la meditación?… ¿Qué beneficios nos ofrece la meditación?

AG-R: La meditación aporta equilibrio, conocimiento, armonía y socialibilidad. Cada uno de estos atributos enriquece, enormemente, la praxis política. Equilibrio: la política necesita ponderación y flexibilidad. Conocimiento: la política que se construye desde el individuo y su realidad, permite ofrecer escenarios de superación en base al humanismo. Armonía: necesitamos una mayor coherencia entre lo que somos, lo que decimos que somos y lo que hacemos. Y, finalmente, sociabilidad: el autoconocimiento que se obtiene a través de la meditación permite transcender de lo individual para reconocernos en el “nosotros”. Todos los caminos para el reencuentro personal, para la conciliación entre nuestro espíritu y nuestra vida favorecen comportamientos más sociales.

CECPS: En sociedades en las que los ritmos mediáticos de la política se han entregado a la improvisación y a la inmediatez táctica, la meditación y la dimensión espiritual de la persona -como usted argumenta en su obra- parecen representar un demérito o un defecto; en primer lugar: ¿De qué tipo de espiritualidad estamos hablando?… y segundo: ¿De qué elementos depende el que podamos revertir esta situación en la que la comunicación política está instalada en el “tactismo cortoplacista”?

AG-R: Estamos hablando de una espiritualidad que te obliga a la reflexión, a la introspección, a pensar antes de hablar, a pensar antes de actuar. Precisamente, la política formal está atrapada en una cadena reactiva alimentada por la fugacidad y fragilidad del hecho noticioso, por la competencia mediática entre medios, por la reducción de la praxis política a la política para y en los medios y por el ciclo cada vez más corto de las noticias. Este cuadro favorece la precipitación, el apriorismo, el prejuicio y la reacción poco evaluada o reflexiva. Justo lo que no necesitamos para la renovación de la política.

CECPS: De su libro “FILOPOLITICA” se desprende que el “ejemplo público” de “lo bueno” y de “lo bello” construye virtud cívica y genera confianza y esperanza… ¿Qué papel juega la inteligencia emocional en este proceso? ¿Qué papel debería jugar la filosofía?

AG-R: Los datos son abrumadores. La evidencia empírica de la relevancia de las emociones en la configuración cognitiva está fuera de toda duda. Pensamos lo que “sentimos”. Y sentimos lo que “percibimos”. El triángulo percepción (sentidos) – sentimientos (emociones) – y conocimiento (pensamientos, ideas) es indiscutible. La política de las emociones es aquella que reconoce el papel determinante de los sentimientos en el compromiso y la acción política. Sin emociones, no podremos comprender los estados de ánimo de las personas. La praxis política se ha vuelto “insensible” y aquí ha empezado la brecha de legitimidad y de proximidad con la ciudadanía.

La filosofía debe volver a ocupar el epicentro de la acción política. Se trata de recuperar las preguntas, las grandes preguntas del ser humano y de la sociedad. Se trata de desandar para volver a reencontrarnos con las reflexiones profundas, con los grandes temas para revitalizar y volver a “iluminar” el pensamiento político. Hay que volver a los clásicos. Y reestablcer, de nuevo, una gran alianza entre política y filosofía.

CECPS: A su vez, en “FILOPOLITICA” escribe lo siguiente: “Superar la crisis significa comprender que el camino era equivocado”… “seguir un solo camino es retroceder”… ¿podríamos decir que ante el dominio del “pensamiento único” el 15-M -así como otros movimientos de resistencia pacífica similares- representa la esperanza para el cambio que nuestras sociedades y democracias necesitan?

AG-R: A mi juicio, una de las grandes aportaciones del espíritu, de la cultura del 15M es la no resignación. El 15M es una rebelión frente a lo inevitable. Es una llamada la conciencia de que el determinismo sin esperanza no es inexorable y que el curso de la crisis y la incapacidad de la gobernabilidad de los poderes económicos y financieros por parte de la política, “nos condena” a quedarnos sin alternativas. Nos condena al papel de espectadores, el paso previo para ser, después, víctimas del desorden. El 15M se rebela contra el destino. Y significa una esperanza para empoderar y recuperar el control de lo colectivo desde la perspectiva del horizonte compartido. Es un no al “sálvase quien pueda”.

CECPS: En las plazas de multitud de ciudades españolas la empatía de miles de ciudadanos hacia las causas de indignación comunes, publicas y generales ha permitido entretejer una estructura de relaciones para la resistencia pacífica como posible motor del cambio hacia una sociedad más justa y democrática, esto ha generado grandes cuotas de simpatía por parte de la ciudadanía, como así lo demuestran las encuestas, pero… ¿Empatizan los políticos con el malestar social, la precariedad y las propuestas de los “indignados”, es decir, comprenden los líderes políticos el estado emocional y las necesidades de la sociedades que aspiran a gobernar?

AG-R: La política formal ha descubierto, alarmada, que ha perdido el privilegio de la política. Otra de las aportaciones importantes del 15M es el empoderamiento político de muchas personas que sienten que pueden hacer cosas “sin partidos, sin sindicatos, sin políticos”. Incluso hay quien cree –a mi juicio, equivocadamente- que se puede dirigir lo colectivo casi sin instituciones. Aunque soy consciente de la profunda crisis de legitimidad y de reconocimiento social que la actual representación pública de la democracia tiene para una importante mayoría social.

Los partidos han reaccionado con cautela. Aunque no todos reconocen el valor social y político de lo que representa el 15M. Han pasado del desconcierto, a la incredulidad. De la ignorancia al respeto. Y del respeto al interés (o a la pretensión instrumentalizadora). Es una evolución positiva que reconoce el carácter cívico, democrático y la energía social que ha significado el 15M (de las acampadas, al 19J, y de ahí a la amplísima simpatía social que han obtenido). Pero, en general, han creído que el tiempo iba a desgastar, a diluir, la ola democrática. Y el tiempo solo va a tensionar la capacidad organizativa y propositiva de las incipientes estructuras de coordinación. Pero ya no evitará la convicción mayoritaria de la ciudadanía que es que la política formal, tal como es su praxis actual, ya no responde a los retos a los que nos enfrentamos. Las plazas se han vaciado, las redes pueden languidecer o empequeñecer pero la energía vital se ha quedado ya entre nosotros. La próxima ola nos desbordará a todos si la política formal no comprende que esta es, seguramente, la última oportunidad.

CECPS: En sus reflexiones sobre el relato político, expresa: “El discurso político ha de ser un relato épico, transformador, movilizador”… ¿Qué elementos fundamentales necesita integrar el relato político actual para estar en coherencia con el “debe ser” de esta afirmación?

AG-R: El relato político debe permitir una interpretación serena sobre las causas, una reflexión profunda sobre los porqués y una pedagogía inclusiva e integradora sobre las respuestas. Hay que volver a hacer pensar a la ciudadanía sobre de dónde venimos, dónde estamos y hacia dónde vamos. Y qué podemos hacer, con quién y cómo para cambiar el curso inexorable de los acontecimientos. También debe contribuir a dar una visión moral y ética del compromiso individual, de cada uno de nosotros, en el horizonte colectivo. El relato político debe emplazar a los ciudadanos a pensar y a comprometerse.

CECPS: ¿Qué quiere decir con la frase: “LOS TRISTES NO GANAN ELECCIONES”? y… en el actual contexto de incertidumbre y complejidad… ¿Qué tipo de alegría podría ser bienvenida?

AG-R: La seriedad, el rigor, la responsabilidad no deben convertirnos en seres huraños, hoscos, hostiles. Cuando afirmo que los tristes no ganan elecciones quiero enfatizar, a través de una frase sorprendente y visual, tres cosas: la política debe ilusionar, emocionar y motivar la acción. La política debe contagiar un espíritu positivo, alegre, integrador para poder rearmarnos de “felicidad”. Como decía Albert Camus: “Ya que no vivimos tiempos revolucionarios, aprendamos, almenos, a vivir el tiempo de los rebeldes. Saber decir no, esforzarse cada uno desde su puesto en crear los valores vitales de los que ninguna renovación podrá prescindir, mantener lo que vale, prepapar lo que merece vivirse, y practicar la felicidad para que se dulcifique el terrible sabor de la justicia, son motivos de renovación y de esperanza.”

CECPS: “NO NOS REPRESENTAN” ha sido el lema ante la degradación de una praxis política desleal a los valores de la “dignitas democrática”; valores con los que se debieran identificar las personas que con la confianza de la ciudadanía –y habiendo jurado lealtad a su función pública- gobiernan las instituciones y administran los bienes y recursos públicos. Por el contrario, existen multitud de casos de desviación y evasión de responsabilidades políticas que generan desconfianza y descrédito… ¿Sería conveniente un pacto anticorrupción?… ¿Nos ofrecen las nuevas tecnologías alguna posibilidad de mejorar los procesos de participación y de representatividad democrática, así como, algún tipo mecanismo de control ciudadano que nos permita mejorar los niveles de confianza y credibilidad en el sistema, en sus instituciones y en los políticos que deben dignificar las funciones y los procesos?…

AG-R: Como apunto en mi artículo Economía transparente, en plena crisis económica y financiera, e inmersos en profundas reformas estructurales (en el marco de los planes de estabilidad europea), Internet puede suponer una oportunidad para combatir la economía oculta, uno de los principales problemas para la recuperación económica de España, e impulsar el cambio hacia una economía transparente basada en el libre acceso a la información y el conocimiento.

Para darnos una idea de la profundidad del agujero negro de la economía oculta, basta con compararla con la economía digital. La actividad económica entorno a Internet supuso en 2009 el 2,2% del PIB, generó unos 100.000 empleos directos y puede elevar su aportación al PIB español hasta el 5,1% en 2015.

Combatir la economía sumergida es un reto inexcusable e inaplazable.  Para ello, será fundamental el impulso del eGobierno o Open Government que parece que es sólido y constante. Más Internet no sólo puede actuar como alternativa (nuevo modelo productivo) y complementariedad (nuevos mercados y modelos de negocio) a la economía “del ladrillo y sombrilla”, sino que puede suponer una oportunidad para combatir la economía oculta, impulsando el cambio hacia una economía transparente basada en el libre acceso a la información y el conocimiento.

CECPS: ¿Es la “brecha digital” de los políticos -con sus causas generacionales- un obstáculo para el cambio hacia una mayor amplitud de los espacios de interacción democráticos y representativos? ¿y la exclusión tecnológica de una gran parte de la ciudadanía que no ha tenido ni tiene acceso a internet?

AG-R: La brecha digital ya no es, fundamentalmente, social. Aunque sigue generando profundas y graves discriminaciones. Por ejemplo, España es el país más caro en banda ancha (se sitúa como uno de los países más caros del mundo en el acceso a Internet, con una media de 34€ por persona y mes). Pero las nuevas brechas son territoriales (España puede acabar con redes a dos velocidades, ya que las zonas con mayor densidad de población cuentan con una amplia oferta de navegación, tecnologías como ADSL, VDSL o cable y mejores precios -incluso acceso a las nuevas redes de fibra óptica-, frente a la precariedad de las zonas menos pobladas que, según uno de los últimos informes de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones, suponen más de la mitad del país).

Y también brechas actitudinales. Las élites directivas -empresariales y políticas- están  seriamente desconectadas de la nueva sociedad en la que actúan, una sociedad digital que construye valor, relación y proceso en base al dato y a la información, fundamentada en el binomio redes/personas). Las élites desconectadas dirigen estas sociedades autistas bajo patrones y modelos jerárquicos basados en la autoridad posicional, no en la reputación relacional. Dirigen empresas, pero se alejan –cada día más- de la comprensión de sus clientes en su inseparable condición humana, cívica y ciudadana. Este modelo se agota rápidamente.

En el caso de la política, la cultura digital cuestiona los formatos organizativos, las prácticas comunicativas y los procesos creativos o de agregación de valor. En definitiva, pone en jaque a la política analógica en un ecosistema social muy digital.


CECPS: En momentos de incertidumbre como los actuales y siendo conscientes de la contingencia a la que están sometidos los hechos socio-históricos… ¿Que tendencia social y política le preocupa más por sus potencialidades negativas? ¿Qué tendencia le genera más ilusión y esperanza por sus potencialidades positivas?

AG-R: La más preocupante es el reflujo conservador, temeroso, vulnerable que la crisis y sus dramáticas consecuencias tiene sobre los ciudadanos. La combinación de temor e incertidumbre paraliza las conciencias que pueden sentirse tentadas por las soluciones fáciles, a corto plazo. El rechazo al distinto, a lo colectivo y a lo global es la reacción conservadora a las dificultades. Es una reacción que puede llevarse por delante buena parte de nuestra arquitectura democrática.

Y, paradójicamente, se produce en nuestras sociedades una reacción contraria –y creo que mayoritaria- de toma de conciencia personal y colectiva muy esperanzadora. El reto es que estamos en una encrucijada insoslayable e impostergable que exigirá coraje y visión. Hay que aprender a vivir con menos para encontrar, juntos, soluciones globales, sostenibles.

CECPS: Muchos miembros del CECPS creemos que sería conveniente un mayor diálogo entre los políticos en ejercicio y la comunidad de científicos sociales y humanistas que de algún modo son silenciados en los principales medios de comunicación. ¿Sería oportuno que esta comunidad de científicos y humanistas emitiera un comunicado conjunto de apoyo a los indignados? ¿Estaría dispuesto a involucrarse en ello?

AG-R: Sí, estoy dispuesto a ello. De hecho, confío en el carácter ejemplar y exigente del pensamiento científico para estimular y obligar a una reacción política a la altura de los retos. Pero, lamentablemente, de lo que estamos sobrados es de constataciones y hechos empíricos que demuestran el carácter suicida de nuestro modelo de desarrollo y el carácter depravador de nuestro sistema financiero. Voces no hacen falta, aunque siempre sean bienvenidas. Lo que necesitamos son oídos para escuchar lo que el planeta y la sociedad grita en silencio: que hay que cambiar rápido y que ya no tenemos tiempo para aplazar las decisiones sin retorno.

Entrevista original publicada en el CECPS el 18 de julio de 2011